domingo, 30 de diciembre de 2012

JESÚS LLORA


Tiven dous amigos que se chamaron Ramón …” En verdad, en verdad os digo que en el transcurso de mi vida, que para bien o para mal ya supera el doble de la vida física de la vida de nuestro señor, de quien en estos días celebramos su nacimiento y de aquí a pocos meses celebraremos su injusta muerte, yo he tenido muchos amigos. Dos Ramones de la modalidad araucaria que crece en la sierra gaucha, y otros dos, también pinheiros de origen araucaria pero que han recibido nombre, uno, en memoria del cruzado Corazón de León, el otro, en memoria del apóstol autor de las famosas epístolas. De uno aprendí a respectar el honor de buscar cumplir la palabra dada, de los otros tuve la enorme satisfacción de comprobar la buena genética del bastón transmitido por mi padre, patrón de esta pequeña nación de pinares araucanos sementados en los regos de la selva urbana paulista.

En este momento me ataca un singelo interés por saber si alguien sabe de qué ave era la pluma que Nicholas usó para escribir sus famosas orientaciones a los políticos de la republica florentina. Mucho me temo que, en este asunto, el señor Foderico, señor supremo de los loros y con asiento en la cumbre de las torres de Mugardos, tiene responsabilidad constitucional, al estilo de lo que se escribe en el artículo 56, parágrafo 3; esto es, autoridad con el infinito por límite y responsabilidad dentro del dominio del cero absoluto, sus actos fueron, son y serán siempre refrendados por el señor Luis u otro cualquier responsable que los refrenden, eche o no eche huevos, algo muy diferente de lo que los tratados de administración y la propia vida me han enseñado: la responsabilidad es función de la  autoridad que un individuo tiene en el ejercicio de un determinado cargo.

Es Él, es Foderico el símbolo de la nueva cruz. Simboliza el horror que despierte el saber que no hay empleo y el indescriptible dolor de haber perdido el derecho al trabajo, después de haber dedicado tanto tiempo a ese buen sacrificio social. Vivimos simultáneamente  la Utopía del señor Moro, la diestra habilidad de una mezcla de tesón y fuerza exenta de escrúpulos sociales, en ambiente también exento de cualquier virtud y con un palco donde todas ellas son perfectamente simuladas, al estilo literario del acusado, Maquiavelo, por la estirpe de los borgias florentinos, oriundos de la casa de Aragón.

El fin tan amado está siendo substituido por los medios tan temidos. La moral política sigue por el orden del caos  y la crueldad del leviatán ladre su exigencia de que es imprescindible saberlo  entender. Algo muy fácil de explicar por el señor Hobbes, de quien el señor Rousseau discuerda 200 años después, pero ahora ambos son extremamente difícil de ser entendidos por los más de cinco millones y sus respectivos dependientes en la era del desempleo masivo. Desahuciar el empleado, o mismo obligarlo a donar su residencia en pago de intereses, es lo mismo que condenarlo a muerte. En estado de guerra, Hobbes aconseja que los ciudadanos pacten cesión de derechos al estado. En contrapartida, el estado les garante una vida digna, explica Hobbes. Rousseau sale a campo para discutir la relación concedida, pues constata que el estado solo está interesado en protegerse a sí mismo.

Jesús mal acaba de nacer y ya nos preparamos para verlo morir. Jesús, te pido, por el llanto de aquellos que no te olvidamos, nos expliques el odio del monstruo Leviatán. Jesús, Jesús, Jesús, salva mi patria. Jesús, te veo en la cruz y de tus ojos brotan lágrimas.  Jesús habla conmigo y llora, llora como tú y yo.

viernes, 28 de diciembre de 2012

EL TRATO CEGADOR


Discrepo con veludo y cetin, amigo Alfredo, de tu afirmación  de lo que  es actual, en la actualidad,  dura pocas horas. Según la RAE, el periodo actual apareció hace unos pocos ocho o diez mil años y muchos rezamos para que la tierra menee el rabo por otros tantos años, con Mas o sin él. Otra cosa, que también no es muy diferente de otros tiempos, es la transgresión voluntaria de lo que quisimos ayer y hoy, por falta de lo que es debido o por exceso de quien nos aplica el deber, sumergimos en un desordenamiento del que ya conocemos algunos precedentes, y los cien mil hijos de San Luis intentaron corregir a la manera de un Francisco primero, que no sería el único en nuestra historia, sin darse cuenta que un retratista Goya volcaba sobre las telas la calamidad de su impresión. Luego, observando las diferencias y mantenido constante todo lo resto, podemos afirmar que todo sigue igual y nada se ha creado, pues lo que parece distinto es una aberración de lo que antes era igual y en la actualidad parece transformado. Así que de huída, nada. Y nada, aunque reiteremos repetidas veces, es absolutamente nada.

El machado cuando cae pesado sobre el leño hiere la corteza y pasa a exhibir la habilidad y el talento habido en su interior. La brisa susurra cosas en mis oídos, el viento clama los misterios de la vida y el huracán enfurece los elementos para que lancen chispas sobre nuestras cabezas. Y todos corremos hacia donde creemos haber algún refugio. No encontramos amparo adecuado a lo que buscamos, porque el refugio no existe. Si existiera, otros ya lo habrían encontrado  y en sus ojos no habría lágrimas, del sudor harían vino y de la mar saldrían peces cocidos o asados al gusto del refugiado.

No es tiempo para dar consejos, preciso es venderlos. Para quien cree que es bueno tener un banco malo les diré con el alma en la mano que mucho mejor será tener empleo malo y no un desempleo perfecto, pues es a sabiendas que el paro es oriundo del desdeño de la política mala y si ésta en su primer año va trepando suceso, en su límite nos ocupara a todos, pues será suficiente ser sus parientes, obtenido el parentesco por un ganancioso matrimonio con el buen interés de la intermediación plena.

Que será un buen nombre, mi señor? ¿El sonoro nombre de Heitor Villa Lobos, compositor del modernismo brasileño, inspirado por el choro musical de la pluma retorcida en los bares de Rio, y hoy espejada en el club tortura del lápiz feroz de la crítica que boga en la actualidad de estos otros días?. O será Lacerda, miembro de la UDN, descendiente de emigrantes portugueses, de nobleza açoriana, señores da Feira e dos Lacerdas, descendentes dos reis de Castela e León  e dos de França.

Como podemos ver, mi muy estimado Alfredo, por la mala vista del bo rego  también corre cultura de calidad, algo recesa pero de eterna actualidad, como el trato de Amalia.

lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD


É NADAL

Es dia para decir todo loi que queramos decir. Es dia para recordar preferentes de ocurrencias pasadas en el año que se acaba. Y por ahí nos invade el hechizo de la miserabilidad advenida de la esperanza que habíamos en los frutos de las preferentes y , ahora maduras, se atascan en la garganta como espinas agudas, prontas para dilacerar los ductos por los cuales algunas consigan resbalar. Pero esas espinas del mundo financiero no son los peores huesos que debemos roer en el nuevo año, que empezará cuando la pelota que todos queremos chutar complete la enésima vuelta alrededor del astro Sol.

Estamos en el quinto año de lo que ya podríamos llamar gobierno de la crisis más sospechosa de la historia de nuestra galaxia. Crisis advenida en el apogeo de la capacidad productiva, con inversiones a destajo en automóviles a diestro y siniestro, en comilonas con aire de majestosa nobleza, abochornada con vinos de calidad y humos del puro humedal habano. A nuestro parecer poca cosa nos hacía pensar que éramos frágiles delante de una invasiva austeridad, austeridad que fue penetrando como virosis ensandecida por todos los poros de la piel y va instalándose con fuerza de ocupa en todos los órganos, amenazando en menos de un año poner en jeque los órganos vitales.

Nos piden esfuerzo, ilusión y esperanza. Sabemos que la esperanza es la última a caer. Ella se derrumba cuando la ilusión fallece y en su lugar surge el demonio de la frustración. Con la mirada absorta en el futuro y los oídos deseosos de escuchar buena música, el viento ondula palabras insuflando el sentimiento de que es necesario hacer esfuerzo colectivo para juntos salir adelante y, aunque por inacción no consigamos dar más un paso, moriremos diciendo que intentamos mejorar la situación sin haber mejorado absolutamente nada.

La vida moderna es colectiva, socialista por exigencia de la sociedad en que la vida humana y también la animal se integran. La vida puede ser socializada por comunión de un grupo de personas, los gallegos en su ambiente geográfico o españoles en la circunscripción ibérica. Podríamos incluso ampliar los beneficios del socialismo aumentando la abrangencia del espacio de la Unión. Por el esfuerzo colectivo, podríamos construir, por ejemplo, la Unión Europea, la Unión Mediterránea, la Unión de los países del Atlántico e incluso, si a alguien le pareciera original, podríamos inventar la Unión de las Naciones Unidas. Todo sería bueno  si la capital de tan colosal imperio se ubicara en el junqueral de mi querida tierra.

Pero la vida jamás se capitaliza, ni siquiera por la criogénesis. Adviniendo la navidad, la vida sigue su rumbo sin cualquier posibilidad de ahorrar un año para consumirlo en los años que le siguen. La vida no es capitalista. La vida es socialista y tiene su fundamento en la unión social de dos personas, de género opuesto, verdad, pero que se complementan. El capitalismo está ahí imponiendo criterios para romper esta singular verdad. Ha roto la unión de dos personas dictándoles el ejercicio  de trabajos bajo la ilusión de que ganarán vida. Después destrozan aquella ilusión mostrándoles  que separados no son nadie y lo único que algo significa es el alma de un monte de papeles que, evidentemente fuera de la ilusión, absolutamente nada valen.

Con castañas calientes en el rigor del invierno la ilusión se enerva y la esperanza se renueva,  por lo menos en cuanto dure la digestión de tan sabroso fruto, ofrecido por la naturaleza y recogidos por mí en días de frio invierno de los años de Aznar, en el bosque del colegio Fernando Blanco y asados por el calor de mi esposa en un modesto piso de la pena.

Pero ni siempre las cosas son como parecen. Pedir a un joven desempleado que tenga ilusión y esperanza en el futuro puede parecer bueno, pero si ese pedido no se concretiza en un intervalo corto de vida (inferior a una estación) es de esperarse que el desespero vendrá y el pedido de nuestro querido patrón de la xunta tendrá el mismo efecto que tendría si pidiese a un jugador de billar que acertase casapa fustigando la bola con una cuerda.

viernes, 21 de diciembre de 2012

NOSOTROS


Mil perdones y otros tantos más de la repetida plegaria a orillas de cada uno de los mil ríos de mi idolatrada nación gallega, producto filial de la Magna y Una España, donde todos, vascos, catalanes, portugueses y extremeños de cualquier extremo del centro, somos, sin excepción, ibéricos.

Llego un poquitín atrasado al encuentro diario del club de los lápices retorcidos, de quien mi amado Alfredo es su figura supremamente destacada.

Atiéndeme, quiero decirte algo, quizás no esperes pero debo justificarme. Sabéis que para hoy estaba marcado el fin del mundo. Yo lo sabía desde hace algún tiempo. Mis gurús mayas me habían avisado, y yo, claro, previdente como la previdencia social, tomé todas las providencias para poder ver como se acaba el mundo.

Me metí por la estrecha boca de un pozo profundo y fui bajando, bajando y, barajando mis cuentas,  alcancé una lejana isla del sol poniente, en las antípodas. Mi pensamiento era que al iniciar los primeros destellos del fin del mundo yo llenaría los pulmones de aire, y así, por un desnivel de la densidad de mi cuerpo en relación a la densidad del medio, yo entraría por el tubo y regresaría rápidamente al otro extremo de las antípodas.

En todo cálculo siempre hay algún cálculo que despreciamos y, en el mío, no me di cuenta que entre los extremos  había dos estaciones diferentes, detalle suficiente para que el producto de los medios fuese diferente. Con cálculo equivocado no hay  gurú que acierte ni futuro para el profeta distraído. Luego, al reflotar sobre el balcón de mi morada pude observar el fin del otoño y el regreso del verano, llegaba la nueva estación brillante y exuberante como pocas veces lo había visto (presumo que la belleza se debe a los efectos de un nuevo colirio receptado para librarme de la sombras que impiedosamente me asombraban).

Diferentemente de lo que se le antoja a mi eterno amigo Alfredo mis anteojos me hacen ver las cosas de un modo diferente. Para concentrar uno de los cinco sentidos en un punto, ahora  necesito algo más de lo que dios me ha dado al nacer. Necesito lentes para orientar los rayos de la luz y vayan directo al punto de convergencia y no se distraigan con reflejos impropios para una buena reflexión. No obstante, lo último es lo que prevalece y cuando lo último se aleja algo vendrá para ocupar su lugar. Que será, será. Ya lo dice la canción. Por la experiencia crítica del selecto club del tipo retorcido, tal tesis no necesita demonstración para alcanzar estado permanente de sofisma verdadero. Lo que por último se dice es y siempre será lo último, y punto.  

El problema de lo último es que hemos corrido mucho para alcanzarlo y nunca paramos para pensar que, aunque fuéramos tartarugas o lesmas, el ritmo del tiempo fue, es y será siempre el mismo. Profetizo, sin necesidad de cualquier coeficiente de seguridad en mis cálculos, que cuando el ritmo se altere, como en los movimientos de una tesitura musical, nuestro mundo será otro y dejará de ser nuestro.








martes, 18 de diciembre de 2012

SEPARACIÓN


Psiu!... silencio… Hablemos bajito para que nadie nos oiga. Hablemos una lengua minoritaria para que las mayorías no nos entiendan. Separaremos la cabeza del cuerpo y daremos libertad a todos los órganos para que cada uno viva a lo suyo: ojo izquierdo, a su modo; el ojo derecho que mire como le plazca; expulsemos por la boca todo que por ella entra y tomemos por el culo todo que este crea que es su derecho.

Los deberes para los seres de buena voluntad y para aquellos que crean que vivir en paz y razonablemente organizados es un pensamiento de menor riesgo y pueda parecernos ligeramente útil para salvar el límite que por la derivada del tiempo se produce al nacer: una expectativa optimista media, digamos, de ochenta años. Una media que unos quieren elevarla a la edad de nuestro padre Adán y otros hacen lo imposible para que no alcance la edad del hijo divino: paradojas del absurdo del milagro de la vida.

Desde el nacimiento, pasando por la primera infancia, la niñez, la pubertad, la edad adulta y el progresivo envejecimiento hasta la ancianidad, la expectativa de vida al nacer es de más de ochenta años, pero, por la media de los pollos que algunos comen y la ciencia matemática los reparten entre los muchos que ni los huesos chupan, la edad media de los españoles va por el orden de la cuarentena, un pellizco menos para los hombres (39,6 años) y un ligero soplo a más para las mujeres (42,2 años). Una enorme distancia para quien es niño, una insignificancia para quien es adulto y una enorme angustia para quien se atreve a enveredar por los retorcidos meandros de la estulticia añera.

CiU y ERC, ¡que siglas tan extrañas para un peligroso proyecto político de uno de sus dirigentes! Convergencia en algún punto del tiempo tiene por límite la unión de dos líneas, derechas al punto y no paralelas, evidentemente desde que ambas caminen por un mismo plano.   Dependiendo del sentido con que el ojo mira estas dos líneas, principalmente si lo consideramos puesto en el punto de pacífica calmaría, como el ojo del huracán, las líneas se alejan en tormentoso conflicto, mandando por los aires todo y a todos que a su paso se interponen.

Después de la segunda guerra mundial un viento transmontano con fuertes olores de unión se espació por toda la geografía del hasta entonces considerado Viejo Mundo. Todos que vislumbraran tan difícil ideal ya han emigrado a otro plano, del que nadie, aquí en el conturbado plano terrestre, tiene  noticia, tal vez porque los partidos del más allá sean extremamente discretos, tal vez sean más austeros, o, ¿quien lo sabe?, un poco más que el señor Mas del nibelungo catalán no sabe explicar.

El mundo político del año 1931 nada tiene de comparativo con el mundo político de los años actuales.  Todo era diferente, la vida era diferente, las personas eran otras y la esperanza de una España mejor necesitaba ser reconstruida. En aquellos tiempos algunos grupos de personas se unían para copiar lo que había ocurrido en las sociedades españolas de ultramar. Mucha gente involucrada en aquel proceso parecía exhibir un bienestar superior al habido bajo el mando del gobierno central. Por el pensamiento de los fundadores del ERC, en aquel entonces afloraba en los catalanes un sentimiento de emancipación social y nacional, supuestamente asfixiada en su ideal democrático por el desfecho militar en el año 1939.
Este sentimiento fue encausado convenientemente por Convergencia i Unió bajo la presidencia de Jordi Pujol, uno de los artífices de las autonomías (regiones federadas en un estado de nacionalidad española)

Hoy vivimos en un estado de legalidad democrática. Muchos problemas que debían ser eliminados continúan latentes. El desempleo rueda como una bola de nieve y, si nadie la para, la avalancha será desastrosa. Hasta ahora nadie ha formulado los medios para contenerla y lo que se ha hecho en nombre de supuesta austeridad va contribuyendo para hacer de la marca España un instrumento de recusa de lo que pueda salir de España, pues es muy difícil creer en la competencia de ciudadanos que no tienen en su conjunto la capacidad de hacer productiva un cuarto de su fuerza de producción y destruye la ilusión del 50 % de su juventud, manteniéndola totalmente desamparada.

Pero esto y mucho más no se arreglan con fraccionamiento de la nacionalidad española: Barcelona, arengando sus paisanos para iniciar una nueva etapa fundamentada en el derecho de buscar el progreso social, el desarrollo económico, el fortalecimiento democrático el fomento de la cultura y una lengua propia diferente del resto de la región catalana, busca su independencia para convertirse en una ciudad-estado.

Que es lo que impide al señor Mas y al señor Uriol de trabajar en pro de tan nobles objetivos. ¿Conseguirán los barceloneses vivir aislados del resto del mundo y evitar alguna que otra derrota del Barcelona? O mismo, para probar el beneficio de su independencia, ¿será capaz de dispensar Lionel Andres y clamar a los cuatro vientos la fuerza y el poder de la raza del Barcelona F.C.?

Mucho me temo que tal odisea en los días de hoy será una cruzada con probabilidad nula de resultado feliz. Sin duda, los mossos de escuadra reclamarían que para dar palo es necesario que el paleado entienda el objetivo de la mano dura, y para gobernar a quien tenga que pagar tributo necesario se hará imponer el código de una lengua hablada y escrita común. Mira por donde, los barceloneses ya dominan esa lengua común y por tal milagro pueden entenderse con los araneses  y demás españoles de Cataluña.

De momento, el bipartito arenga un absoluto sinsentido, una especie de ladrido para molestar el sosiego del estado de gracia absoluto del pp.
Veamos si me engaño:

1.- Formularán una declaración de soberanía del pueblo (¿soberanía del pueblo o de los señores mandamás de los respectivos partidos?)

2.- Incorporar enmiendas que se consensuen con la finalidad de aprobar una ley de consultas iniciada en la anterior legislatura.

3.- Iniciar un proceso de negociación con el poder central, al que constitucionalmente está subordinado el poder autonómico, para convocar un referéndum y seccionar una parte del todo español y, así desmembrado, pueda correr mas y mejor el trozo separado.

4.- Criar un consejo nacional -¿de qual autonomia local? - Para asesorar el bipartito (entiéndase procesar las órdenes de mas y uriol) El consejo deberá favorecer las decisiones adoptadas por mas en su derecho a decidir el huno por todos los españoles.

5.- CiU y ERC se comprometen a trabajar todos los procedimientos formales, jurídicos e institucionales posibles para estar en condiciones de obtener un marco legal que ampare España delante de la secesión de uno de sus más importantes miembros.

6.- Finalmente, se convocará una consulta al pueblo para que un trozo del cuerpo nacional se convierta, por reproducción asexuada, en un nuevo estado español.

Sabemos por el historial de la corriente derecha, que el nuevo estado español, como parte del todo, será una, grande y libre para ser gobernado por la gracia de dios. La corriente que fluye por la izquierda dirá todo lo contrario: mejor muchas, pequeñas y desunidas para gobernar mas y uriol.

Para mi consuelo, creo haber trovado bien bajito para que nadie me escuche y ninguno me entienda. Además, por si las moscas rondan mi teclado, escribo con lentes obscuras para que no vean la faz de quien ecoa tanta locura.

sábado, 15 de diciembre de 2012

SINIESTRO DESASTROSO


Hoy el tema de mi buen amigo Alfredo sigue desastroso. Y de desastres tenemos un largo histórico. ¿Os acordáis de la Santa María, la Gallega, cuando, con todas las tripas rellenadas con oro, del estómago regurgitaba riqueza? Sin ningún viento que amenazase tan rica carga, la galera se embarrancó en uno de los puertos más lindos y seguros del mundo: Puerto Príncipe, en la antigua Española.

Parece obvio que la autonomía del comandante era suprema en tales circunstancias. Colon era vice rey del mayor imperio conocido, que se construía a partir de aquel singular momento: el gran imperio filipino. Entrementes, a la hora de decidir entre algunos kilos de oro, algunas semientes de maíz, algunos rizomas de patatas  y uno que otro vistoso y locuaz papagayo, la decisión fue dejar más de una treintena de marineros al libre arbitrio de su buena o mal suerte. No cabe discusión sobre el resultado del orden autonómico. La historia no registra conocimiento del nombre de aquellos hombres, ni siquiera el descubrimiento de sus huesos, que ciertamente no componían el cardápio del indígena caribeño, fue redactado en las columnas sociales del plus-ultra.

Pero, en materia de desastres marítimos no pararíamos por ahí. Pues ya lo dijo Colón:”! Hay de ti si tú no te cuidas! Y por tan sincera frase nació Haití, hoy ejemplo para el mundo entero de la desastrosa dependencia a la solidaridad humana. Y claro, como en asuntos de administración humana el homo sapiens es el único animal que se ofrece más de dos veces a una única trampa, la trampa nos acecha permanentemente en la doblada de cualquier esquina. Así fue con la imbecilidad de la invencible escuadra, cogida por un fuerte vendaval cuando se disponía seguir rumbo norte, orientado por el mítico Pindoschan. Así ocurrió con el piloto del Serpent, que creía que la línea recta entre dos puntos acortaba la distancia a un imaginario destino, y alcanzaron fondo  en la playa trece, bastión del buen rego, que fue mi abuelo Daniel. Así ocurrió con el buque americano de cuyo nombre no guardo memoria. Con el Casón, su carga química  y 23 muertos. Con el Prestige y la paranoia del Nunca Mais, de la que yo fui testigo en las calles de Santiago. Con el debate jornalístico despertado por el pausado y buen amigo Luis, secundado  por el, a veces, irascible y el muy comedido, muchas otras, conde de Ourense, el inolvidable Alfredo.

El tema de los desastres ofrece manga para mucho paño. No podemos descuidarnos, bajo pena de que falte paño y sobre mucha manga para mangoneo de nuestra humilde sociedad. Humildemente creo que no hay peor desastre que aquel que se cultiva en el celebro de un (o una) joven en edad propicia al brote de su capacidad productiva y observa como la esperanza puesta en el futuro naufraga en un estercolero, en el que se ceba la indolencia, el beneficio pajolero, la discriminación destructiva y la pasividad sospechosa delante de quien cree que podrá alterar la química corrosiva del estiércol.

Espiritualmente me uno a Monserrat Deu y Belen Somoza y amarro virtualmente mis piernas, brazos y pescuezo a la columna del Plus Empleo, columna de calidad y digno para todos que en la condición de amarrados a la Constitución española (artículo 35) manifiesten el derecho a trabajar para poder ejercer el deber de pagar todas las imposiciones impuestas desde los más variados órganos de poder - europeo, central, comunidad autónoma, provincial, local y un sin número de poderes paralelos (asociaciones, sindicatos, colegios profesionales y etc., etc.
Mucha fuerza niñas para que la columna de la dignidad, los derechos que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respecto a la ley y a los derechos de los demás continúen fundamento del orden político y la paz social.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El barco


Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón. Tan lejos vivo y tan cerca estoy, luego hoy que un poderoso vendaval arrastra mi barca por las cercanías de Vimiazo, viene a mis recuerdos la odisea de mis padres cuando tuvieron que abandonar el lar y se refugiaron en Santiago a espera de lo que pudiera ocurrir. Por un cabo que atravesaba el Atlántico, la voz de mi madre llegaba pura y sonora para consolarme de que la familia estaba segura y “por aquí no pasa nada”. En Finisterre ardía el Casón y mi playa tropical se llenaba de amargura, pero mi madre, miña naiciña querida, supo esclarecer mi sufrimiento en estos mares de locura y, ahuyentando de mi los sufrimientos, cuidaba para que yo no naufragase en mi vivir.

Han puesto algunas velas en el túnel de mi existencia y esto permite que yo vea mis manos y sepa por donde ellas quieren nadar. Los dígitos bailan, más por experiencia que por la orden de los ojos para que pisoteen las teclas que la voluntad, de expresar lo que quiero, digan lo que me gustaría decir. Y lo digo sin más rodeos que el de la muela de un molino de agua dulce en el silencio de la Lagarteira.

Cuando se produjo la catástrofe del Prestige yo cavaba mi prestigio por las cercanías del desastre. Durante la noche un ruido descomunal del viento azotando las ventanas, nos había dejado sin dormir, a mí y a mi esposa. Un diputado, correligionario y entonces mi amigo, se comunicaba frecuentemente y me hacia entender que estaba hablando al móvil con don Manuel. Y de hecho a él se dirigía cortésmente: “sí, don Manuel; claro, don Manuel, como usted lo diga, don Manuel” y algunas cosas más de la intimidad política. El coche en que ambos íbamos era oficial, el motorista era un antiguo amigo mío  en los tiempos de infancia, entre los dos había absoluta transparencia y lealtad de propósitos. Así que por él supe después que el don Manuel de los contactos telefónicos no era el don Manuel que yo suponía ser. Empezaba a ver una verdad muy diferente de la que yo quería que existiera. En breve pasé a ser dominado por un dolor de cabeza insoportable. El olor de chapapote no salía de mis narices. Si esto no fuera poco, un dolor terrible invadía mi rodilla derecha y las caminadas que yo hacía por los montes de Cee y Corcubión tuvieron que ser interrumpidos para siempre.

En la crónica de mi buen amigo Alfredo, la luz de velas que ilumina el pozo negro, en el que permanezco encallado ya hace algunos meses, se fija en el comentario de Cadalso60 (Xan de Nadie) “Uno por su edad, y carecer de nietos cerca a quien contar batallas, debería ser disculpado si, de tarde en tarde, se solaza con recuerdos de la patria chuica.”

Su recuerdo aviva el mio, y lo que dice haber oído de Xosé, un lobo de mar, yo sabia que ocurría por la boca de algunos que rescataban objetos de la playa   después de algún naufragio marinero. En una ocasión naufragó un barco americano y a la playa de estorde llegó un cadáver. Alguien, deseando conservar un anillo de oro, resolvió cortar el dedo del naufrago. Pocos días después, una flota de acorazados americanos se postaba en frente a la playa de estorde, daba para verlos desde Brens. El alcalde de Corcubión, organizó una fiesta para recibir los marineros americanos. Aquel día yo me sentí muy feliz, pues percibí que no había ningún competidor americano para arrebatarme la chica que a mí me gustaba y ella no lo sabía. Bailamos, hablamos, transmitimos nuestras preferencias gastronómicas e hicimos proyectos para el futuro. Fue un momento eterno. No había nadie en la plaza, la fiesta había terminado por ausencia del convidado, las luces se apagaron y los dos, María y yo, quedamos conversamos en el tablado de un pequeño palco, teniendo por esperanza el futuro y por testigo el murmullo de la fuente de la plaza de Corcubión.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Sombra negra



Fai meses que ando pela obscuridade da vida.

Já não sei se caminho morto ou transpiro vivo pelo lastro que puxeran na cova da minha existência.

O buraco é moito fundo. Non as vexo, entrementes as sinto: moitas miñocas perfuran a terra para oferecerme a sensação de que, ao senti-las, eu poida afirmar, com a inteligência de um antigo orador, de que, habendo cheiro, um está vivo. A morte é um estagio posterior no qual neñun sentidiño se activa, porque o fedor, ao perder a alma, tambén perde a capacidade de estimular as narices de calquer semellante a fuciñar os meadros  em trevas, rumbo da rumba final, que todos, sem excepción, aberemos de tocar em algum momento da existencia.

Hubo un principio em el que todo era infome e vacio. As trebas cubrían o abismo. Un vento morno ondeaba as augas do océano. Ahí apareceu Nonseiquem para ordenar:  Leven luz aos oios do neno. E o neno pasou a ver como as trevas desvanecian. E o galeguiño vio que ver era coisa boa, e pasou a gostar de tudo que via.

Facendo vista buena a todo que veia, o neno pasou a ver de dia o que outros non vian na noite, e durante a noite soñaba como haberia de ser o outro dia. Por esta arte do sentidiño formal da visión, o neno foi aprendendo, e crecendo. Em terra firme creia saber navegar. Em augas turbulentas creia saber cavalgar a rienda solta. Prantou vegetales que daban semilla para a gloria da reprodución, millo para ser moido nas muelas das escavanas e, a seguir, na quentura de um forno, se transformaba em um delicioso pan de broa que podia ser comido cando a fame apertaba o bucho em desaroio.

El niño vio que todo ló que hacia era bueno. Y así fue pasando el primer día de su niñez. Después llegó el segundo día en el que se creía un mancebo y, sin percibirlo, pero registrando por sus ojos todo lo que a su alrededor pasaba, fue pasando toda la juventud en perfecta asociación con los demás sentidos. Ningún otro sentido se mostraba celoso o resentido con el duplo sentido de la visión, este tenía el don  de un ángulo recto por la izquierda y un otro tanto, todavía más recto,  por la derecha; ambos contribuían, sin ninguna imposición del órgano central, a mantenerme en la paz  de un fértil y plácido llano. Y así, viendo como era bueno, me fui sosteniendo en el espacio vigilado por muchos otros ojos, de muchos colores y razas que habitaron mi entorno.

Era para mí la vida entera,
Como un sol de primavera,
Mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía
Toda la humilde alegría
De mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
Las ilusiones pasadcas
Ya no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
El tiempo viejo que lloro
Y que nunca volverá…


Decía yo, al principio de estas bien trazadas líneas, que voy caminando por la obscuridad de la vida. Hace meses penetré en el interior de lo que a mi parecía un corto túnel. Entré en él ligeramente entubado por una pequeña picada en el dorso de la mano izquierda, por allí se había de introducir un anestésico para una operación militarmente indolora. Pero como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadeó mi vista en pos de la luz. Y el humor vítreo, deseoso de cantar alegría, se precipitó con un grito de dolor para alertar todos los demás sentidos de la introducción de un elemento extraño, antes ignorado por la izquierda y siempre indeseado por la derecha. Yo vi, resucitado de la anestesia, como cortaban el cristalino del ojo izquierdo y se acomodaba el derecho para que no lo cortasen también. Como una picada de alacrán, el punzón introdujo su cuerno en la córnea, damnificando su capacidad de refracción. Al día siguiente, cuando retiraron las vendas del ojo izquierdo, la sensibilidad inervada mostraba el vuelo de asas de cucaracha. El humor se hizo gélido, afectado por la acuidad de la lágrima y colirios receptados para proporcionar el retorno de la cultura, antes muy bien iluminada por el foco del monitor y siempre alimentado por la caja de cultura universal, que se alberga en el interior de una insignificante máquina digital.

Hoy vi una luz. Ávido por interpretarla, desde el estado central ordeno al pelotón de diez dígitos para que marchen por la llanura del tinglado digital. Les pido para que salten bajo el comando bipolar de los ojos de mi cara. A la córnea exijo total transparencia para que permita el retorno de la luz. Me obedece sin hesitación, pero el iris y el cristalino son afectados por exceso de luminosidad y el nuevo iluminismo entorpece la visión de todo lo que el estado central  desea ver. Consulto mi asesor cirujano, y este, desde su ministerio médico, recomienda el goteo de suspensión oftálmica, un agente antidisturbios con porreta cortecosteroide. Ha funcionado desde la primera dosis como un corta dolor. Pero como la transparencia cristalina del nuevo ojo es absoluta, el exceso de iluminismo provoca algún descontrol en el chip del iris y una borrasca aparece para obscurecer la tocha que vi clareando el túnel, y a mi parecer, por capricho de mi voluntad, siempre adherente al buen optimismo, creía entender que un poco más adelante estaba el fin del agujero negro y, finalmente, el autonomismo de la función ojeadora sería recuperada para el bien general del cuerpo total. Infelizmente todo se extravía, cada cual en su carrera, como caballo desbocado en faena de guerra.  Mis ojos se cerraron y el mundo sigue rodando. Se apagan los ecos de mis recuerdos y brilla una luz celestial. Es dulce, piadosa, me hunde en el quebranto. Lágrimas borradas se niegan a brotar, no dejan ni el consuelo de poder llorar.

“Por que sus alas tan cruel quemó la vida!
Por que esa mueca siniestra de la muerte...
Quiero abrigarme y poco puede mi suerte,
Como me duele y se ahonda mi herida.”
Yo se que ahora vendrán cosas extrañas
Como sombras de tormento.
La vida es mentira, negro es mi lamento.”

viernes, 14 de septiembre de 2012

RESCATE (I)



Rescate sí, rescate no. Ayuda para mejorar o ayuda para peorificar.

¿Confiar en los divinos? !No, señor, ni hablar!

 El mar no está para peces y en las praderas sobran corderos. El escenario, sí, está bueno para lobos en el campo y tiburones en el mar. Sobra el aire, pero el aire nos llega contaminado por todos los lados y ya no hay dinero para prevenir  los males de un aire saturado de malos políticos, piratas financieros y raposos hambrientos delante de un gallinero al descubierto. En lo alto, vigilando la ría, queda el loro Foderico un pouco canso da vista de tanto fincar o ollo no casco da mariña gasificadora.

El gran negocio actual es vender DEUDA  a destajo. Para vender DEUDA, necesario se hace disponer de un estoque razonable de DEUDA para que los mercados confíen en el resultado que sus gestores inteligentes habrán  de obtener en ese iluminado y soberano mercado de DEUDA. Luego, señores dueños autonómicos, todos por uno y uno por todos: ¡JUNTOS A LA DEUDA!

Nuestras ventajas son muchas para alcanzar la cumbre en el maravilloso mercado de la Deuda libre.  Por ejemplo, somos más pobres que los alemanes, luego podemos pagar más intereses para contraer Deuda y así nadie desconfiará de nadie, pues es natural que los pobres paguen más intereses, más impuestos y contribuyan hasta el extremo de sus fuerzas a favor de la DEUDA gigante.

Decía mi Señor, porque él lo ha dicho, que es bueno que haya gente trabajando para que se puedan pagar las pensiones a la gente que ya no está en condiciones de trabajar (ya sabemos, no pueden trabajar en virtud de aquella plaga lanzada por dios al hombre como castigo, al haber sido desobedecido en su lamentable broma de impedirlos de comer una miserable frutita en el paraíso perdido. Es bueno que haya gente trabajando y, por tal razón, ofrece todas las facilidades para que la gente no trabaje, y eso fue lo primero que mi señor ha hecho por medio de lo que se pretende denominar poderosa reforma laboral. Y se explica: las pensiones se pagan con las cotizaciones de las personas que están trabajando en estos momentos, y las pensiones nuestras se pagaran con lo que coticen cuando seamos pensionistas. En algún otro momento, usted, mi señor, dice que tal vez nuestros patricios no le entienden porque ustedes no lo explican bien. Y no es verdad, ustedes lo explican maravillosamente bien, lo explican tan bien y mejor que los curas de mi autonómica Perceebes, cuando pedían a nuestras madres y abuelas que anduviesen por las calles rezando compungidamente para que la lluvia llegase en tiempos de secura profunda; lo explicaban por la profunda fe que transmitían a la gente de buena fe  que pasaban a desconfiar que sus lágrimas no eran suficientes para llenar el cielo de nubes y provocar el buen riego de la cosecha marchita. Más de una vez yo observé, señor, como el agua llegaba a cantaros sobre el campo después que la cosecha estaba perdida. Es verdad que usted, mi señor, lo explica bien. Pero la explicación, carente de cualquier fundamento verdadero, no pasa de una simple plegaria, sin efecto secundario que otro que no sea usted se lo cree. La pensión que cobra la gente trabajadora la han pagado ellos mismos, del mismo modo que la pensión que cobrarán los que hoy están trabajando la está pagando los que hoy trabajan. Habiendo cualquier duda a este respecto necesario se hará buscar el paradero de las contribuciones hechas con tanto sacrificio del arduo trabajo hecho por nuestros héroes jubilados y, también,  la de aquellos que, por la imperiosa vicisitud de la vida, han contribuido y fallecido, sin nunca haber recibido un patacón de la Seguridad Social de la más autonómica de todas las autonomías, ahora feudo del capricho de los mercados financieros, sin nombre, sin cara y sin vergüenza.

sábado, 8 de septiembre de 2012

MERCO OLLOS



Eu diría que vivo só. E só é algo moito diferente de se ser individualista, xá que individualistas somos todos os nacidos do asalto de un espermatozoide ao corazón  de un pacífico e tamén solitario ovulo, ávido por albergar apenas un de toda a tropa que lle deran asedio.

Eu tiña dous oios, amigo Conde. Eran dous oios que me serviran fielmente desde os idos do ano 1940, primeiro ano do reinado do finado general. Não sei por que um oio vigiava a Terra desde o lado esquerdo e o outro enxergava a luz desde o extremo direito, pero sei que os dous contemplaran o mundo e as coisas que por ela rolan nas ribanceiras de nosos sentidos em perfeita harmonia, ou asin me fixeran creer durante todo o tempo que eu vivi longe da terra que habrá de comer tan lindos oios.

Próximo ao buraco da eternidade, cada órgão parece empunhar a bandeirola do sálvese quem puder e, agora, cada um busca correr ao impulso do seu egoísmo guerreiro em dirección à meta que só o nosso señor, o criador do infinito, conoce, porque sabe, o retablo da sua esencia sin a existência do seu conteúdo material.

Dixeronme  que matematicamente podia eu  trocar coarenta por dous de vinte. O que non me contaran foi que, cando um se aproxima aos oitenta, querer trocalos por catro de vinte non tem xeito non, e se o intentas acabas a te decatar que cada um enxerga menos que o vello oio esquerdo de 72, que hasta a intervención, com maior ou menor dificultade, sempre deu apoio ao sentidiño do óculo destro.

O nodo a cada inicio da vella película nos informa que as eleccions à mal dita autonomia regional volta com as lerias costumeiras. É um momento incomún para gastar o dinheiro comunero, o dinheiro que non temos e queremos incorporar às arcas do eficiente saldo debedor. E eiqúi no adianta explicar que o Deber é coisa boa para merecer um bó lugar no Ceu, pois a nova diretoria da Gloria xá non mais aceita o aceite rubricado com pelo da barba, dito selo de honestidade sobre a expresión “Debo, non nego, pagarei cuando eu puder”.  
Non queria decilo, pero o digo: esa nueva directoria está en lo cierto pero su vida ya no es la mia. Ni tampoco la tuya, amigo conde, ni siquiera la vida de nuestro querido rey, descendiente directo de la tribo borbónica. Esa directoria, de cara nueva, nariz aquilino, soltero y austero, ya no nos ven con ojos del alma, aquellos lindos ojos de la canción de ayer.  Es verdad que la lengua continua activa y dividida en dos, tres, quizás cuatro, pero la lengua no es presta como el sentimiento de los ojos. La buena impresión del ojo izquierdo deberé sacarla ahora de mis buenas orejas, que no son tan grandes como las de un burro; tal vez,  diría yo, estan intermediarias entre el sentido del asno y la visión de la mula, equinos trasmutados de la senda popular. Mis orejas son buenas y pueden ver en la obscuridad como ven las orejas del murciélago. Con ellas  también siento las vibraciones que llegan por el correo desde tan lejana autonomía; siento como este caluroso invierno se aleja para dar entrada a la primavera que se avecina, escucho el canto del sabiá y veo,  por el recuerdo que me acallanta, su cuerpo moreno, sereno entre los gallos de una figueira de indias, presto a repetir  este año el milagro de una nueva vida, el milagro que habla de la presencia eterna de Dios.
Merco meus oios na arribada do mar, pois cando lembro cuanto con eles tanto eu vi, unha enorme lagrima inunda o ar.


jueves, 23 de agosto de 2012

ASCENSIÓN DEL DINERO (I)

La ascensión del dinero

“The ascent of Money” es una serie de videos bajados de internet por los que Niall Ferguson expone su entendimiento de la historia financiera  y explica la evolución del actual sistema financiero global a través de los tiempos, y de cómo tal sistema ha remodelado el flujo de las relaciones humanas, proporcionándonos un sentimiento de bienestar, sin fronteras  y a un bajo pero falso riesgo.

sábado, 18 de agosto de 2012

RESPOSTAS DESCABIDAS



Foi ainda ontem quando a telefônica enviou um técnico para verificar o tatejo continuado e irritante da fala castelã em um canal da TV espanhola, que a cotio eu escuto para comprovar   as razões da minha querência ao meu estado de espanhol assumido, que eu nunca renego, pela graça de Deus e o doado amor dos meus pais. O diagnóstico do técnico era que o problema do emudecimento da fala provinha de alguma artimanha ou defeito do site que alimenta o meu ordenador em assuntos da querida pátria. Para comprovar o estatuto da ciência adivinhadora, chamei a TV galega para comprovar se ela padecia do mesmo mal, a disfluencia ou falta de fluidez na comunicação.

Com imagem perfeita  e sonido calibrado à capacidade auditava do oido, a comunicación discorreu fluente e precisa na fala dos astros que dão vida ao conto do Padre Casares na voz de Miro: um “carallo!” monumental que tornou roxa a tez do dito técnico eletrônico. O carallo não era palavra bem vista nos tempos que antecedem o estatuto de Galícia.” Me cago na cona” também seria motivo de severa admonestacción  por parte das pessoas ditas cultas no tempo que eu aprendia a imitar as cousas feitas por gente grande. Não é que eu desconhecera a essência das duas frases, que conhecer bem as conhecia e mais de alguma vez dava lhe uso com o abuso que daquela era permitido. O problema é que a primeira palavra na cultura que me ampara é considerada palavra de baixo calão.  A segunda palavra lembra para quem é italiano uma pequena vila no mar Adriático; para os ditos celtas de Galicia, recuerda um palabrón particularmente indecoroso,  a pesar del ânsia que despierta en el afan de conocerla y sentirla.

Esto me ha hecho pensar en el regalo que la diversidad de la fala me ha brindado, sin que por tal conocimiento me costara un patacón. La reflexión promueve la pregunta necesaria para que alguien explique la belleza de Carballo a pocos kilómetros de Coruña y el sentimiento despectivo que la misma palabra sin presencia de la “b” despierta en el ánimo de este viejo vidente de la vieja cultura y los nuevos sentidos del joven cultor de la electrónica, quien afirma que lo que oye en la tv gallega le es familiar pero no entiende absolutamente nada de lo que sus personajes dicen.

Agosto es mes de fiestas. La señora mía me ha solicitado fermento para hacer la masa de la pizza que costumbreramente, todos los sábados, ella prepara para mi deleite y satisfacción del estómago glotón. En el intervalo de mi ida al mercado,  el amigo Artabro con su rollo flex fotografió mis buenas intenciones y se adelantó  con el canto de mi amigo Xan Xilberto.

Las respuestas tienen semilla en las preguntas,  y para ninguna pregunta hoy cabe el porqué sí de ayer. Eso sería, como siempre fue, un tipo de respuesta descabida. Dejemos ese negocio de que el gallego puede vivir  sin gallego. No quiero más ese negocio de usted querer vivir sin mí.  Vamos dejar de ese gran cuento de que yo puedo vivir sin ti. Son negocios sin el menor sentido, a los que cualquier respuesta será siempre una respuesta descabida.



jueves, 9 de agosto de 2012

VIVENCIAS AÑORADAS



Señor y muy venerado amigo Conde, siempre que pude yo he asistido con mis oídos de pájaro la dulzura de algún concierto. En la primera infancia eran concierto de curas, en canto plano, monótono y repetitivo como el santo rosario, expresivo y glorioso como la resurrección por el grito de Aleluya! proferido por el pensamiento de Handel y magistralmente traducido por un sinnúmero de fusas y confusas notas  musicales.

Mire usted por donde uno puede caminar a un determinado objetivo y a él llegar por caminos difusos del sonido celestial. Puede ser el rugido salido de la boca animal; puede ser el acallanto de la voz materna,  emitido para minimizar la angustia de un cuerpo desprotegido; pero también puede ser el sonido arrancado de una cuerda hecha con tripa de cerdo el motivo simple para transportar nuestra ilusión sobre este mundo etéreo a camino de la trascendental y eterna paz. Cuando todas las voces se unen, el resultado es una obra celestial, algo propio de dioses, algo natural  en la cultura del animal humano, algo que siempre toca el nervio del paisano gallego y hace vibrar   toda su esencia, aunque sea por el fuelle de una singular gaita heredada desde los ancestrales celtíberos, evidentemente para no decir nada de los eternos ceeíberos na costa da vida, los que tenemos por destino la muerte a largo plazo, después de haberla vivido y sufrido plena en la ocupación de todos los sentidos.

Uno de sus multiculturales discípulos, aquel con alma de madera, aplanada del roble extraído de la vieja carballeira, reprochaba días pasados una palabra escrita por usted con jota, cuando él creía que debía ser escrita con ge ( o lo contrario, que para efectos de lo que yo digo es lo mismo). Esa madera estriaba en lo cierto, pero su vida ya no es la nuestra, de aquellos que ya no sabemos cuál de los cuatro caminos podría haber sido el mejor.


Aleluia, Aleluya, Hallelujah fue escrito por Georg Friedrich Händel. Federico podría haber sido abogado de haber seguido la orientación de sus padres.  Lo mismo hubiera sido el poeta  de Lorca si no hubiera ido a Madrid, o allí no hubiese conocido el Dali y el Luis Buñuel, a quien supongo amo del loro Foderico.

A Jorge Foderico el destino le reservaba un mundo de evidencias ignoradas, muy distintas del derecho retorcido que se ampara bajo el techo mariano del apóstol santiagués y su principal discípula, Soraya, ambos derechistas por vocación y estudio.

Georg ( o Jorge, qué más da!) amaba la homofonía sin perder el sentimiento de que dos o más voces, que se muevan acordes dentro de un punto de vista armónico, son capaces de seguir el mismo ritmo o ritmos convenientes a la capacidad de canto de una determinada paisanía.
El paisano mariano hace temblar la cuerda del conjunto popularmente concertado dándole un timbre poco afecto al buen sentido de las masas  y muy apropiado al gusto  tragicómico de la nobleza feudal en aquel ambiente inexpresivo por la explosión de belleza real, permanentemente en desequilibrio con el bienestar añorado de la aldea global.


Aleluya a la sombra que vuelve y tanto nos asombra por la crisis del euro y la tozudez por transformar la desocupación en sinónimo de austeridad. Handel muestra que el sonido del rey de los reyes suena para siempre (Aleluya!) Begoña recuerda la sombra, allí, al pie de los cabezales, irónica a facernos mofa. Villa Lobos, con su quinta bachiana en un A muy abierto, suena lo necesario para inundar todos nuestros sentidos con el sentimiento de la reflexión.

 Cala a passarada a seus tristes queixumes... A cruel saudade que ri e chora... Uma nuvem rósea lenta e transparente sobre o espaço, sonhadora e bela.

lunes, 30 de julio de 2012

LAS PENAS DE MOJO


Pensé, señor Conde, que hablaba usted de mí. Valla ilusión la mía. Desde jovencito inmerso en las masas, creí un día que podría librarme del polvo blanco de la harina sacudiéndome la cabeza para introducir en su masa encefálica (la mía, no vayamos pensar mal) la virtud del conocimiento exotérico y, así, ser capaz de librar mis padres del arduo trabajo de producir pan para todos, los del lugar y adyacencias. Hasta los diez años cumplí todo el currículo del estudio básico: leía clásicos, como el increíble Mickey Mouse; me deliciaba con historias de  sheriffs, en las que se destacaba la asombrosa rapidez en el engatillamento   de uno o dos revólveres seguido de la infalible precisión de las balas, lanzadas siempre en dirección al pecho de algún impostor, un desalmado o cualquier enemigo de lo justo y socialmente considerado correcto. A “escondidas”, en la biblioteca del colegio Fernando Blanco, sensibilizado por el ondear de la bandera de España y el badalar de las campanas del reloj alemán, obra de ingeniería mecánica que pocos han tenido la curiosidad de ver, conseguía yo chapuzar por el interior de algunas páginas de obras consideradas aptas solo para mayores, como la Celestina. Armado de noble linaje y blanco ingenio, infantil ilusión dotada de esperanza, mediana altura en cuerpo de crianza, sublimaba yo el futuro como si de hecho fuera legítimo heredero de España. Lo había oído decir de la boca del general de todos los generales, el futuro era mío, nuestro, de todos los niños y niñas del país que yo empezaba a conocer y mal lo podía entender. Lo poco que venía de Cuba mal daba para sostener los albaceas, entre los que se encontraba el párroco de Toba. Sin un patacón de sueldo real, los maestros mostraban total desinterés por la lengua y una atracción mórbida por el palo duro y el coscorrón dolido eran respuesta a cualquier pregunta de orden por el origen y transparencia del conocimiento.

Pau que crece torto morre torto. En los diez años que siguieron al cumplimiento de la primera decena de mi vida, en el primer cuarto del año 50 del siglo pasado, la ilusión fue siendo modelada para que la esperanza se mantuviese en los límites convenientes al conservadorismo clásico de la historia de terratenientes.  Yo los conocía, era un poder semi-oculto que destacaba su presencia en las procesiones, con cierta promiscuidad en el trato con las autoridades continuamente expuestas, como lo eran el cura, el alcalde y el teniente de la guardia civil. Antes de alcanzar la edad en que mis padres perderían el derecho a la administración de mi destino, fui excluido de la clase propuesta para ser dueña de España y, algunos días después de haber cumplido los 21 años de existencia, mi vida era sostenida con dulces plátanos de la cosecha de un pueblo habitante en la enorme extensión perteneciente a una pacífica nación de América del Sur. Esa dulzura dio ocasión al trabajo ajeno y, con él, a un sueldo que me permitiría repetir, en diferente lengua, el camino básico que me llevaría a la obtención de varios títulos técnicos y académicos de elevada procura. Todo con el esfuerzo de mi dedicación, sin olvidar mis deberes para con mi familia, la del nuevo mundo y la de España.

Hoy ha temblado Galicia. Ha temblado por lo incognito que viene del profundo atlántico y también de lo que adviene del orgullo herido por la austera participación de los guerreros del balompié en los juegos de Londres. Es de derecho temer lo que es temido. Del mismo modo también es gracioso amar todo que es querido. La masa me trae buenos recuerdos. El sudor combinado con trigo, centeno y maíz, cocidos en horno calentado con leña, que yo iba buscar a los montes de la armada, daban un sabor diferente a la vida. Reforzaron el temple de mis piernas y fortalecieron los músculos del cuerpo, que hoy me sostienen caminando por el valle de la tercera edad en el otro extremo de la vida. Son las penas quedadas al remojo lo que impide que el cuerpo fluctúe al aire, exento de miedos, angustias y el mórbido dolor reflejo del pasado. Eso sí bien lo sabe el loro Foderico.


jueves, 26 de julio de 2012

AMOR DOLIDO


Muy buenos días, amigo conde, en este pos-día  del glorioso señor Thiago, el mejor de los apóstoles de la Galilea antigua, traducido hoy como el magnífico contaminante  polvorero de los cielos lindos en los viejos campos iluminados con el blanco lácteo de la vía estelar.

Hoy me divido entre los deseables comentarios suyos  y las tormentosas coletillas de Melena, expuestas en las tres partes que parten de su (de ella) guijarro temperamental.

Creo que pocos son conscientes del alcance metafísico de la instrucción universitaria, principalmente si consideramos una universidad virtual capaz de incrementar el número de matriculados en más de 10 mil al año. Un verdadero milagro del apóstol Jacob en tierras de de la mancha, propio de la multiplicación del euro en las bankias de Hispania. Sin duda, algo muy poderoso que se agrega al fondo de los doscientos mil estudiantes que ya tenía, y sin cualquier costo adicional  de las transferencias del Estado, lo que, sin margen a cualquier duda, refuerza el carácter milagrero en plena edad de los recortes al idealismo austero de lo que se creía justo, honesto y verdadero. Un fin propuesto sin cualquier finalidad del saber, que propone invertir mucho en poco y  de ninguna utilidad. No me digan que el desempleo del estudioso universitario es algo digno de llamarse útil, porque nada es útil si te tiran el pan, el aire, la ilusión...

 “Cuando un mito encuentra otro mito, la colisión es real”. “La mentira tiene piernas cortas pero sabe muy bien donde debe ponerlas”. “El principal deber de la razón es desconfiar de la inteligencia de los otros”. Frases atribuidas al escritor polaco Stanislaw Jersy Lec.

Ayer me dirigí a la facultad de derecho en el largo San Francisco. Lo hice por sugestión de un promotor de justicia, quien me recomendara salir de un círculo hostil e ingresar en otro donde la ilusión crece ingenua, libre de los escollos que el derecho traidor interpone en el camino de un joven peregrino. Llegué a los pies de la catedral a lombo de un veloz burro que, como el gusano, anda debajo del obscuro suelo y lo denominan Metro. Lo que vi en la plaza, que se apoya sobre una monumental obra de la ingeniería civil, fue algo típico de la descripción dantesca de la macabra comedia narrada en su viaje al infierno de Dante Alighieri. Por todo lugar había cuerpos  extendidos en el suelo, sucios, mal olientes; algunos con colilla en la boca, otros me miraban con ojos de la indiferencia  del que nada ve y a todos asusta. La puerta de la catedral estaba abierta. En la escalinata, un grupo de turistas se  tiraban foto. Dos niñas rubias, 15 años, pantalón corto, tenis caro en los pies y vientre expuesto  al estilo de quien se va a la playa, componían el grupo de turistas. A su lado, otras dos, aparentemente también niñas, integraban el escenario enfocado por la gran puerta del imponente templo construido en el siglo XX.  No buscaban salir en la foto. Exhibían la preeminencia de pechos colosales, piernas hermosas y bien torneadas, expuestas hasta el nivel en que el seso se muestra tabú, y el resto, con indicios de que la parte más cubierta era la cabeza, en la que abundaba el velo de oro. Esas dos jóvenes se insinuaban sin ningún tipo de pudor a todos que delante de ellas pasaban, indiferentemente si se traba de turistas, jóvenes o viejos, pastores o curas, abogados o meliantes, eran el espejo de la modernidad a iluminarnos con las costumbres antiguas.

martes, 12 de junio de 2012

AJARDINANDO EL EDÉN



Anduve ayer por el foro abierto de mi amigo Carlos Rodriguez.  Desde la cumbre de mi lar le doy un vistazo todos los lunes. Es un vistazo que empieza el día siguiente, pero siempre termina el día antes. Es un foro que transcurre en jerga bilingüe, o casi. Transcurre por la exposición diletante de quien cree que lo hará mejor hablando más, más alto y sin cualquier contenido en el contenedor, del que brotan apenas palabras sin cualquier conexión con el objetivo del foro, el que, a mi parecer, seria solidificar las ideas del oyente vidente.  Decididamente, la gran peste que ha contaminado la unidad ibérica en la que el idioma era universal y gramaticalmente unificado para que todos los hijos de celtas, godos, suevos, vándalos y alanos y también ¿por qué no? los judíos, árabes y demás bárbaros, nos entendiéramos y viviéramos en paz, se ha hecho endémica y nos deja tolos delante de las necesidades  que hay para controlar y administrar objetivamente la construcción de la estúpida torre de Babel.

Vamos ver, la palabra austeridad en gallego y portugués se escribe exactamente como se escribe en el español universalmente unificado: austeridad, así como suena, con de final. Muchos, en el jardín escribíamos AUSTERIDA, y el maestro con su sabiduría imperial nos corregía a fuerza de palo que austerida tiene DE final. Entonces, en calidad de alumnos inteligentes, pasamos a escribir, todos los suevos portugueses y gallegos bajo el mando del rey Felipe de Austria, la austera palabra AUSTERIDA en la forma esperpéntica de austeridade, algo  derivada de los austrias. Pero, hablemos en español gallego o español de cualquiera de las comunidades que componen la unidad española, las palabras deben traducir alguna idea que sea común a los que hablan y escriben determinada palabra y a los que escuchan o leen esa misma palabra.  No parece ser lo que ocurre, a lo menos actualmente, en el reino de España. Y por ahí nace esa locura babilónica por la que en concreto no sacamos absolutamente nada de lo que dicen durante una hora los cuatro debatedores y también lo dos especialistas invitados, todos comandados por la batuta poco orientadora del regente Luís.

En la Moncloa el asunto adquiere notoriedad de tragedia nacional. Ministros hablan de respuesta contundente como si contundencia fuera un delicado velo de seda. Otros, ministra, hablan de los efectos de origen emigrante, cuando en la realidad de su pensamiento la idea se refiere a los inmigrantes; el resultado es que acaba uniendo los españoles emigrantes a todos los extranjeros inmigrantes y ni dios, eterno migrante, se entera de lo que está ocurriendo.

Recientemente, Rajoy y el Rey se referían despectivamente a Argentina atribuyéndole poca fiabilidad en función de la inseguridad jurídica. Luego, el Rey de España, jefe supremo de la Seguridad Jurídica, ha permitido que, por un simple tijerazo en el estatuto de los trabajadores, el despido improcedente se viera agraciado con abono de 33 días/año servicio, confiscando el derecho jurídico de los cuarenta y cinco días pactados a inicios del contrato laboral. ¿No significa esto una inseguridad jurídica? ¿No constituye un asalto a los derechos de la clase obrera? ¿La clase obrera no podrá en cualquier momento ejercitar el deber de exigir por deber de justicia y mérito lo que la clase empresarial, en función de la ley, ya había retirado de la fuerza del trabajador y ahora puede disponer para lo que quiera y le convenga, y no necesariamente en beneficio de del reino de España?

El Edén ha sido criado por dios para beneficio de la Humanidad. Fuimos castigados por la travesura que despierta una golosina en la voluntad infantil. Después de la colosal inundación, los campos quedaron adobados con el estiércol salido de la maldición.   Parece que cuanto más revolvemos la caca más moscas aparecen. Son moscas diferentes, es verdad, pero la caca continua la misma por mucho que ajardinemos el Edén con la serenata española.

lunes, 11 de junio de 2012

EL SENTIDO PERDIDO


¡Caramba! amigo conde¡, veo como algunos de sus plumeros se lucen poniendo bajo sus pies los espinos que arrancan de las rosas, al mismo tiempo que el perfume que de ellas emanan la introduce por sus narices en un continuado esfuerzo para solventar la aromaterapia de la retaguardia guerrera.

Es el caso del incendiario Nero, antiguo contubernio  en la paz social de los ocho años pasados. ¿Os acordáis cuando este señor se escandalizaba por los escritos de Ceeíbero, cuando este relataba las maravillas del pirarucú, la carne deliciosa del bayacú después de arracarle, con los cuidados de un  pescador experiente, su mortífera bolsa de veneno?. Eso para no hablar del dulce sabor de la carne de un gigante pirarucú. Para no hablar otro día, quise decir, pues la leyenda del pirarucú se encaja perfectamente en la estructura dialéctica del guerrero Nero.

Pirarucú vive lleno de vanidades, con algún egoísmo y excesivamente orgulloso del poder que piensa obtener de la tribu popular. Pirarucú es un bravo guerrero, yo diría bárbaro como cualquier gurrero que usa el poder bruto de la fuerza cuando cree que la fuerza es solo suya.

Pirarucú desciende de un hombre de buen corazón y también cacique de tribu, pero es un poco perverso y le agrada criticar a los dioses.

Tupá es dios de los dioses y observaba Pirarucú desde hace algún tiempo. Un día Tupá decidió castigar Pirarucú ordenando que por la ribera se esparramase el rayo más poderoso de toda la historia. Substancialmente ciego por el brillo del relámpago y algo sordo por el ruido del contundente trueno,  Pirarucú no percibió la enorme torrente de lluvia que bajaba del cielo para cubrirlo junto con otros pescadores, que pescaban en las agua revueltas de nuestra ría muerta. Cuando Pirarucú sintió la llegada de las ondas reventando furiosamente sobre las rocas, simplemente las ignoró con un sonriso macabro y palabras de desprecio. Entonces Tupá envió Xandoré, diablo que odia los hombres, para arrojar sobre la cabeza de Pirarucú todos los rayos que podía sacar del polvorín y, así, fulminarlo   con una estaca que la furia había arrancado de un envejecido árbol crecido en las tierras del oro. El gallo acertó el corazón de Pirarucú y este, tremendamente asustado, buscó el refugio en las produndezas de la ría y allí se transformo en un enorme y obscuro pez.

Bueno, la gesta de Nero no es la misma cosa que la gesta de Pirarucú, y en nada los dos se parecen. El sabor de Nero es radicalmente acedo, agrio, picantemente rojo bordado de sangre ayer. El sabor del pirarucú es dulce, objetivo deseado por cualquier hacienda empeñada en el cultivo de linguados y sus respectivos fines de dominio costero.

Los errores, de haberlos, e habelos hailos,  son los mismos,  y el estado de las evidencias conducen al mismo fin. El fin del cachondeo por el que el último que ríe reirá como ríe un loco al verse solo, vagando en este mundo. A donde vamos parar cuando nos dicen que deuda no es déficit y déficit no es deuda, que hay que gastar solo lo que se ingresa y gastamos a destajo por los prestamos que vamos pidiendo para darlo a los que mucho ya han arrancado y no han dejado un pacú de empleo para poder pagarlo y rescatar o intervenir en los azares, mal sueño y sentido perdido del pirarucú .